jueves, 7 de agosto de 2014

ME QUEDARÉ EN LA ORILLA


Todavía llevo la sal en la piel y, las ganas de mojarme. Sigue impregnada en mi nariz y lucha por sobrevivir, a lo agresivo del tiempo, como mueble sin barniz. Y noto aún tu recuerdo adentrándose en las aguas de mi alma para no salir jamás. Como en una caracola de mar la escucharé cada vez regresar, aún sin poner un pie en la arena. Su llegada será fantasmal y su sola presencia voraz.


El marcapáginas del silencio.

FRAGMENTO ALADO

 
     Hasta ahora nunca había publicado un contenido escrito que no fuera expresamente mío pero, tras terminar este libro, me quedo con este fragmento en concreto por si a alguien le apetece leerlo y reflexionar un poquito sobre ello. 

    Se trata de un pequeño corte del libro de Donna Tartt, "El jilguero". En fin, allá va:


     "(…) y pienso en lo que dijo Hobie, que la belleza altera la textura de la realidad. Y sigo pensando también en la opinión más convencional, que la búsqueda de la belleza pura es una trampa, la vía rápida hacia la amargura y el dolor, y que la belleza tiene que casar con algo más significativo.

     Pero ¿qué es ese algo? ¿Y por qué soy como soy? ¿Por qué me importa lo que no debería importarme, y viceversa? O, por decirlo de otro modo, ¿cómo es posible que vea con tanta claridad que todo lo que amo o lo que me importa es una ilusión, y que al mismo tiempo, al menos para mí, ahí resida el encanto de todas las cosas por las que merece la pena vivir?

     Un gran pesar que solo ahora empiezo a comprender: no elegimos nuestros sentimientos. No podemos obligarnos a querer lo que es bueno para nosotros o lo que es bueno para los demás. No escogemos ser las personas que somos.
     Porque ¿acaso no es un lugar común indiscutido en la cultura que nos han inculcado de niños? (...)".

( 'El jilguero', Donna Tartt).



     Diréis “¡menuda rayada de cabeza!”. Pues sí, pues sí, pero todo lo que yo escribo también lo son. Así que no me entretengo más, sacad vuestras propias conclusiones. Porque sin duda la escritora invita a ello.



El marcapáginas del silencio.