jueves, 7 de agosto de 2014

ME QUEDARÉ EN LA ORILLA


Todavía llevo la sal en la piel y, las ganas de mojarme. Sigue impregnada en mi nariz y lucha por sobrevivir, a lo agresivo del tiempo, como mueble sin barniz. Y noto aún tu recuerdo adentrándose en las aguas de mi alma para no salir jamás. Como en una caracola de mar la escucharé cada vez regresar, aún sin poner un pie en la arena. Su llegada será fantasmal y su sola presencia voraz.


El marcapáginas del silencio.

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