sábado, 22 de noviembre de 2014

...

Enamórate de mi, sé mi destino, mi paraguas al llover y mi piel mojada, mi atino. Déjame fallar, quiero que si me equivoco sea contigo. Y que no sea ese el motivo, rectifiquemos juntos el error; bórralo, quémalo o usémoslo de abrigo.


El marcapáginas del silencio.

jueves, 20 de noviembre de 2014

DESGASTÁNDONOS

Las discusiones, los gritos y los rencores se untaban en el pan cada mañana. Y se nos quedaban pegados a la muela durante el resto del día. Desgastándonos.

Escupiendo saliva en cada reproche, en lugar de entremezclar la tuya con la mía. Qué difícil se había vuelto ceder y qué olvidado andaba ya el comprender.

Míranos, no nos queda nada. ¿Por qué seguir interpretando en esta trama? Si se descabala cada guión, si hace tiempo que se acabó la función. Porque en esta sala ya no estamos, ni tú ni yo.

El marcapáginas del silencio.

domingo, 16 de noviembre de 2014

¿CUÁNDO ME ENAMORARÉ DE TI?

¿Cuándo me enamoraré de ti? De verte cuando me pasas a buscar, del beso de antes del portal. De tu caminar medio curvado cuando te veo de lejos. De tu abrazo al despertar. ¿Cuando me enamoraré de ti? Dime. Si será al leer esas tres palabras en la mañana o quizás de escuchar tu voz tras colgar. Podría ser también en un vuelco, ese repentino en un encuentro en la estación. Ese saber que esperas por mi. O de lo amargo de un adiós. ¿Cuándo me enamoraré de ti cielo? Si justo hoy que miro empieza a llover. Y me falta el estrecho de tu mano en mi hombro, que me cubras el frío, que me tapes bien. ¿Cuándo pasará amor? La verdad, no lo sé. No sé cuando me enamoraré de ti. Sólo sé que te espero. ¿Cuándo me enamoraré de ti? ¿Cuándo te vi? ¿Te quiero?



El marcapáginas del silencio.

lunes, 3 de noviembre de 2014

DESPACIO POR DENTRO, POR FUERA DEPRISA

Vivir despacio por dentro, por fuera deprisa. Llegar tarde al centro, coger varios trenes, viajar sin visa. Sentarte en un parque, huir de todo, sentirte indecisa. Alarmas tardías de noches eternas que no borra el parabrisas. Comer engullendo, con cinco minutos. Abrocharte coja la camisa. Regatearle a la almohada. Perder el reloj en sábanas lisas. Mirarte muy lento, caminar corriendo, cambiar de guisa. Besarte el momento, saber quién te pisa. Llegar lejos sin cables, quedarte descalzo. No saber qué es ir a misa. No traiciona quien avisa. Callar alto, hacerte impasible al espanto. Gritar bajo, chirriar como una tiza. Dejar que te golpee la brisa. Clamar su llanto. Morirte de risa. ¿Y qué pasa? La vida.


El marcapáginas del silencio.