sábado, 31 de agosto de 2013

Y ¿A DÓNDE TE DIRIGES?

-Y ¿a dónde te diriges?

-Hacia el norte, a un pueblo pequeño llamado Strevan.

-Sabes ya que el viejo puente de madera quedó calcinado por las llamas hace tres semanas ¿no?

-Sí, llegó a mis oídos hace unos días. No importa, cogeré la ruta alternativa.

-¿La del gigante? ¿¡Estás loca?!

-No entiendo por qué habría de estarlo.

-¿Es que no lo ves? Eres un espíritu de agua.

-¿Cómo?

-No puedes ponerte frente al gigante de ojos de piedra con esa sonrisa de lluvia y una mirada en cascada. Porque sus pupilas son de roca maciza y tus ojos un torrente de emociones que él podría reducir a ceniza.

-¿Sugiere entonces que para enfrentarte a él también tienes que ser de piedra?

-Tampoco he dicho eso, pero debes prepararte antes, disciplinarte si lo quieres llamar así. Porque pasar por ese camino ahora es una auténtica locura.

-Y ¿cómo quiere pues que llegue sin el puente?

-A dos millas tendrás que pasar por Tuétano, para allí a descansar y contrasta lo que te he dicho. Te aseguro que te interesa más salvaguardar tu vida que cualquier cosa que tengas que ver en Strevan.


El marcapáginas del silencio.

viernes, 30 de agosto de 2013

FLORES SECAS

No son más que flores secas entre las hojas de una libreta. 
Y un montón de recuerdos condenados al desolvido de los años. 
Marcas en el aire, en la tierra y en la piel. 
Es lo que quedó de él. 
Fue lo que quedó de él. 

                                                                              
El marcapáginas del silencio.

jueves, 22 de agosto de 2013

NUBES


Parece que esta mañana alguien se hubiera dedicado a desdibujar las nubes removiendo el cielo con la mano. Quedando éstas desperdigadas, con trazos desiguales, pero al fin y al cabo siguen siendo nubes.




El marcapáginas del silencio.

martes, 20 de agosto de 2013

MI ESCRITURA ES MI SONRISA


     Mi escritura es mi sonrisa. Léelo otra vez porque no está escrito al revés (“mi sonrisa es mi escritura”); tan sólo remarco esta diferencia para que puedas entenderlo bien.

     Mi escritura es mi sonrisa, es decir, una herramienta de la cual me sirvo para expresar; bien de dentro hacia fuera, o de fuera hacia dentro. Y reflexiona sobre esto porque una sonrisa no tiene por qué ir siempre en la misma dirección.

     También se puede expresar con la ausencia, claro está. ¿Eso querría decir que si no escribo no hay sonrisa? En principio no tiene por qué, de hecho es muy cierto aquello de “donde duele inspira”. Pero la verdad es que a veces si la desdicha interior es tan grande que no tienes ni ganas ni fuerzas de escribir entonces preocúpate. ¿Por qué? Porque escribir siempre es una vía. ¿Una vía de qué? De escape en su mayoría de las veces, al menos en mi caso. Es una fuente vital de expresión para el escritor. Por ello hago el símil con la sonrisa, porque considero que es una figura esencial a la hora de portar un sentimiento u otro, a la hora de reflejar al exterior la cara auténtica o la fabricada.

     Indaguemos sobre esto, una sonrisa es sinónimo de felicidad, de alegría, de bienestar ¿no? Sí, vale, es lo primero a lo que lo asociamos pero también existen las sonrisas fingidas; aquellas que utilizamos para ocultar algo o bien para intentar inútilmente engañar a nuestro propio cerebro. Por tanto, aquí empezamos a ser conscientes de la complejidad que encierra en sí la frase protagonista de este texto.


     Si mi escritura es mi sonrisa, con mi escritura expreso, con mi escritura libero y con mi escritura guardo. Y aún así una sonrisa jamás se podrá escribir.

El marcapáginas del silencio.

sábado, 17 de agosto de 2013

YA VA PESANDO


     Y ya va pesando de más este saco de besos vacíos y momentos ausentes de magia. Ni siquiera sé si aún albergo la esperanza de meter algo diferente en él. Supongo que sí, que esa pequeña llamita anda por ahí escondida esperando el día en que entre en el saco eso que expulse todo lo demás. Algo que lo haga ligero, que deje de convertirlo en la carga que ahora es para mis hombros cansados. Algo que quizás un día hasta rompa el saco.

El marcapáginas del silencio.

viernes, 16 de agosto de 2013

REPASAR EL SABOR SALADO



Vamos a destrozar la cama y la calma. Crear la tormenta más cruenta del verano. Desgarrar las sábanas, repasar el sabor salado...Recordar que ningún esfuerzo será en vano.

El marcapáginas del silencio.

UN TIPO CONCRETO DE ASFIXIA

   
     Es una sensación que te agarra el pecho como un matón lo haría con la camiseta del niño empollón empotrándolo contra la taquilla. Una aura que oprime el tórax hasta que duele, como el más terrible de los gases tóxicos, hasta que empiezas a agobiarte porque no puedes respirar. 


    Los bronquios no disminuyen su calibre por un conocido patógeno. El pecho tampoco está siendo aplastado por un agente físico. ¿Qué está causando la falta de oxígeno? ¿Realmente es tan pequeña la concentración de oxígeno en el aire que respiras en ese momento? No, tampoco es eso. ¿Qué es entonces? ¿A qué tipo de aberración atacante nos enfrentamos? 



Yo la llamo "la asfixia de la pérdida".



El marcapáginas del silencio.

SU MIRADA...


Su mirada estaba hecha de verdades a medias y de ojos que no tienen luz.

El marcapáginas del silencio.

martes, 13 de agosto de 2013

FUGAZ...


Hoy la estrella se ha cansado de ser fugaz.
De cumplir los deseos de los demás.
De vivir sola en la oscuridad.

Ella sabe bien que algún día su luz se apagará.
Su estela y su alma serán, un simple destello en el mar.

Pero hoy no. No cuando apenas quedan fuerzas para brillar.
Hoy no es ese día.


El marcapáginas del silencio.

SECUENCIAS





Secuencias que repites una y otra vez en tu cabeza y que a pesar de haberlas visualizado un millón de veces en tu imaginación te siguen removiendo por dentro.


El marcapáginas del silencio.

lunes, 12 de agosto de 2013

ES ALGO ASÍ...


     Como cuando caminas por la orilla de una extensa playa y evitas pisar sobre las huellas de los demás. Pero ¿por qué? Porque prefieres crear tu propia huella en la arena. Dejar tu seña de identidad como todo ser humano es vital, no tenemos más que remontarnos a cualquier época para comprobar que es cierto. Además, ser el guía de tu propio camino a veces es más importante que el sendero en sí. Podrás mirar las marcas que dejan los demás a tu alrededor pero no querrás seguir sus mismos pasos, no estarás dispuesto a cometer sus mismos errores. De hecho, aunque quisieras seguir los pasos de alguien porque te parece el destino correcto, jamás dos huellas son idénticas, piénsalo. Es lo bello y complejo de lo único. 

     Finalizo pues con un consejo: conduce tu propia vida y preocúpate de que la huella que dejes sólo sea imborrable en el recorrido de los que te importan.



El marcapáginas del silencio.

YA QUE LEVANTAS LA VISTA HACIA MÍ...


     Mírame donde no puedas vaciarme con la mirada...


El marcapáginas del silencio.