¿CREES EN EL PODER DE LA MENTE?

Lo primero, que creer, yo no creo nada. Para creer necesitas poner una fe ciega en algo que ni siquiera sabes si se va a cumplir, si existe o cuán sólida es la base sobre la que sustenta. Es decir, para creer no necesitas ni ver ni pensar, basta con la irracionalidad y el sentimiento.

Pero, sin duda, estoy completamente convencida del poder de la mente. “Mens sana in corpore sano” ya lo decían en la Antigüedad los romanos, y no se equivocaban; porque si quieres conseguir algo en la vida lo primero que necesitas es actitud. Sí, actitud antes que aptitud.

De la entereza del ser humano nace la fuerza y con ella viene la recompensa. Y no hablo de una recompensa material, por supuesto que no, me refiero a la satisfacción personal, a la sensación del trabajo bien hecho consecuencia de TU esfuerzo.

No sé a vosotros pero creo que todo ser humano que se precie tiene que tener un motor en su vida, una serie de metas, motivaciones, algo por lo qué luchar. Las personas siempre buscamos un sentido y por tanto necesitamos la continua exposición de retos a los que nos vemos sometidos. No elegimos nunca lo obvio porque sin dificultad no tiene gracia, porque sin esfuerzo no hay satisfacción.

Ahora bien, si ya te has fijado un objetivo ve a por él hasta el final. No importa los obstáculos que encuentres en el camino, no te dejes abatir, mantén tu ánimo, tu constancia. Recuerda que nadie nos regala nada en esta vida y que si quieres conseguirlo tú eres el primero en el que tienes que confiar. Cuida tu mente, tu razón de ser, tu autoestima, tus valores...ellos definen lo que eres y sí, si tan sólo “crees” en ellos un poco, te llevarán lejos.

El marcapáginas del silencio.

 EN EL LADO OSCURO, A LA SOMBRA...

     En el lado oscuro, a la sombra, donde los matojos ennegrecen y los ojos brillantes entre los arbustos acechan. Los crujidos, los ruidos, el aliento del viento que sopla en tu nuca, el roce de lo frío. Avanzas sin temor porque no tienes más remedio; y al otro lado de la colina el atardecer, los cielos rosados y el graznido del ave que regresa al hogar. Es una imagen muy diferente a la de mi lado, pero no decaigo, sigo hacia delante con cuidado de no tropezar, sin pausa, tengo que llegar a casa y esa es la meta. Lo cual no quiere decir que de vez en cuando no eche una ojeada hacia al horizonte, al otro lado...Y de repente el tren comienza a frenar, las vías chirrían y yo despierto de mi sueño.

El marcapáginas del silencio.

SOMOS MOTAS DE POLVO...

Somos motas de polvo bailando en esta franja de luz. La proximidad nos controla por momentos y entonces parecemos una sola. Nos movemos juguetonas creyendo flotar por el aire, disfrutando de la magia, del sol.  Pero de repente la luz se vuelve tenue y en el tiempo que dura un ligero parpadeo ya estamos muy lejos, bailando entre otras motas o  incluso quizás en otra franja. Da igual. Digo da igual aunque no sea cierto, digo da igual porque es lo correcto, porque lo cierto es que no olvidaré la intensidad de ese baile.

El marcapáginas del silencio.

AL LEVANTARME...

     Al levantarme me sentía como si me hubieran dado una paliza. No podía estirar un sólo tramo de mi cuerpo sin que mi boca tuviese que ahogar una mueca de dolor. Ya no eran las agujetas que como mucho podía experimentar después de una noche movida. No. Era dolor. El dolor de un cuerpo magullado. Un dolor que al fin y al cabo si lo comparábamos con el psíquico se quedaba en bragas.

Me levanté a duras penas y efectivamente antes de meterme en la ducha comprobé que las quejas de mi cuerpo no eran sólo el producto o la defensa de mi mente: había dejado su rastro por mi piel. Las piernas, el abdomen, la espalda, los antebrazos, los hombros y el cuello. Oggg el cuello. No podía moverlo ni un milímetro sin notar como mis músculos y tendones se resentían. Puse un dedo sobre una marca dentada. ARGGG ¡mierda! Prefería que me hubiese mordido un puto vampiro.

Después de casi una hora conseguí salir de la ducha aunque no de mi ensimismamiento. Abrí el cajón izquierdo del armarito del baño y me maquillé lo mejor que pude las marcas del cuello. Sí, con eso bastaría. Ahora tocaba afrontar el día.

El marcapáginas del silencio.

AL FINAL DEL DÍA...

     Y al final del día esto es lo que vale: :). Es increíble lo que un momento puede cambiar tu estado de ánimo, tus decisiones o tu modo de ver las cosas. Estás abajo y de repente el sol calentándote la piel, el aire puro y el aroma de las flores hinchando tus pulmones, la cercanía de los tuyos, la nobleza de los animales, la entrega de todo de aquellos que no poseen nada, una sonrisa...Y todo cambia. Podrás echar de menos, podrán doler los recuerdos, podrá estresarte el hoy, ¿y qué? Al final del día siempre es mucho más lo que nos llena por dentro, lo que nos acaricia el alma. Mucho más que todo lo malo, lo cual tendrá el coste que nosotros le queramos dar. Nunca lo olvides, abre bien los ojos. Hazlo, hoy ya no estás abajo.

El marcapáginas del silencio.

NO SÉ LO QUE QUIERES...

    No sé lo que quieres. Estoy cansada de tener que suponer todo, de verme obligada a creer que debe ser eso, a inventarme cada uno de los pensamientos que nunca me vas a decir, cada uno de los sentimientos que no te atreves a sentir. No sé lo que quieres, pero sé que lo que no quieres soy yo.

El marcapáginas del silencio.

¿FLORES?

     Veo caer mis pétalos uno a uno, esparcidos por la tierra, y espero la primavera. Quiero que se vaya el frío, que vuelva el sol. Llenarme de color y emerger mucho más alta, más hermosa, más radiante. No me gusta que los abejorros se posen en mí y vayan extrayendo poco a poco mi néctar. Tampoco me gustaría que me arrancasen y me pusiesen en un tímido florero al que mirar. Pero hoy, aún así, mientras veo caer mis pétalos uno a uno, esparcidos por la tierra, espero la primavera.

El marcapáginas del silencio.

QUIERO...

     Quiero que seas el escalofrío que sacude mi espalda, el suspiro que nutre la ilusión...

El marcapáginas del silencio.

-EL MARCAPÁGINAS DEL SILENCIO-

Estimad@s lector@s:

     Publico esta entrada para comunicaros que debido a las circunstancias de estas próximas semanas (es lo que tiene ser estudiante universitario) no podré colgar mis delirios y/o pensamientos reflejados en mis entradas diariamente :( Pero la verdad es que hay un motivo mucho más importante para realizar este apartado, y es que no puedo dar por acabado este texto sin antes dar las GRACIAS encarecidamente a todos aquellos que habéis estado siguiendo mi blog y paseando por mis frases dedicando un tiempo que no me pertenece.

De verdad, muchísimas gracias :)

El marcapáginas del silencio.

¿QUÉ SABES DE LA FELICIDAD?

Me dijo que nunca sería feliz. Que yo en la actualidad era infeliz y que se apostaba lo que quisiera a que era más feliz que yo.

-Serás infeliz toda tu vida- volvió a decir.

¿De veras? No lo sé, soy joven, me queda toda la vida por delante. ¿Quieres que me pare a pensar si soy feliz? Pues bien, lo tenemos todo para ser felices: familia, amigos, un hogar, una estabilidad... No nos falta NADA.

¿De verdad necesitas repetir tanto esa frase? ¿Para qué? No sé si intentas hacer daño o convencerte a ti mismo de algo, quizás intentes asegurarte de que alguien te necesita para ser feliz, aunque tú no te des cuenta. O puede ser que lo pienses realmente y lo digas con toda sinceridad. En todo caso, ya no me importa. Si en este momento soy infeliz o soy feliz, ¿qué más da? Estoy viva y creo que eso es todo lo que necesito  para cambiarlo si no me gusta.

Y si ahora, como tú afirmas, “no soy feliz”, ya encontraré la felicidad. No me importa el tiempo que tarde, no me importa en qué momento llegue, tampoco voy a estar esperándola de brazos cruzados. Seguiré viviendo día a día, sin parar, hasta que ésta me sorprenda. No sé si me equivoco pero creo que esa es la mejor manera de buscarla.

Ya  sólo me queda decirte que mientras tú rompes los silencios con afirmaciones, con esa superioridad aparente, el orgullo, la fingida seguridad...con todo lo que te caracteriza en resumen, yo, por mi parte, te contestaré con una pregunta. No sé si te pararás a pensar las veces que te he deseado que seas feliz, dudo que las recuerdes. Pues no eran meras palabras, lo deseaba de verdad, y tras esa clara diferencia entre tú y yo, ahí va mi pregunta, dime: ¿Qué sabes tú de la felicidad?

:) :) :)

El marcapáginas del silencio.

VASOS...

-¿Eres de esas personas que ve el vaso medio lleno o medio vacío?

+Soy de esas que ven el vaso. El contenido ya me encargaré yo de aportarlo.

El marcapáginas del silencio.

TODAVÍA RECUERDO CÓMO...

     Todavía recuerdo cómo me desgarraba por dentro. Cada grito ahogado acuclillada en el frío suelo de mi habitación. Sentir en mi pecho como cuando dos trozos de tierra se separan ante la brutalidad de un fenómeno climático. Recuerdo cómo salía de entre la oscuridad de mis brazos por esa pequeña rendija de luz, me levantaba e iba hacia al baño. Me lavaba la cara y después miraba consternada la imagen del espejo. "Vamos, pon buena cara"."Sonríe, todo va bien". Y como resultado una mueca que duraba unos segundos y desaparecía. No podía. No podía hacerlo. No a esa imagen que veía en el espejo. ¿Quién era ella? ¿Una chica que amaba? ¿Que ama? ¿O una chica que se ha consumido porque quería amar? No lo sabía pero sí sentía como lo que tenía dentro la destrozaba, la estaba engullendo poco a poco y no sabía como pararlo. ¿Cómo se deja de sentir dolor? ¿Cómo se vuelve atrás para mirar el cristal y dejar de ver un desecho?

El marcapáginas del silencio.

ME HE TOPADO CON...

Me he topado con tantos sapos que al final...¡me cambio de charca! :P

El marcapáginas del silencio.

¿HAY ALGO MÁS MARAVILLOSO...

¿Hay algo más maravilloso que la sonrisa de un niño? 

     La mayoría de nosotros pensamos que ya no queda nada de bondad en el planeta en que vivimos, que la generosidad y la humildad se ha extinguido en todo rincón amplio y corrompido por el propio ser humano. Pero no es verdad. Dicen que donde hay vida hay esperanza y yo quiero creer que así es. ¿Qué hay de las pequeñas cosas? Aún queda gente buena en la Tierra, lo veo en cada gesto noble y desinteresado como ceder tu sitio en el autobús a una persona mayor, acercarse a una chica que ves llorando aunque no la conozcas de nada o  la donación de un órgano...Son pequeños gestos sí, muy escasos, también. Pero si no fuese por ellos no habría ni luz ni esperanza. Por eso mismo iniciaba este texto con esa pregunta -¿hay algo más maravilloso que la sonrisa de un niño?- porque realmente no se si existe algo mejor, pero es uno de los grandes gestos que llenan de luz nuestras vidas. Fuentes de luz inagotables que no van a extinguirse. No dejes que se extingan, observa los pequeños detalles, hazte partícipe de esos gestos, ahora y siempre.

El marcapáginas del silencio.

NATURALEZA...

Me considero una persona fuerte. Alguien que no le tiene miedo a nada porque un día creyó perderlo todo. Pero la naturaleza es sabia, te enfrenta. Y un día cualquiera te levantas y te grita al oído: te equivocas. Ahí es cuando te hace pisar sobre el suelo que ella te ha dado y te ciega con su mayor estrella para que abras los ojos. Te empuja a que sientas con cada tramo de tu ser cada fragmento de su maravillosa existencia. A que lo sientas TODO. Y la comparación es más que clarificante. Jamás, y esto lo escuché bien, JAMÁS perderé más de lo que ella me está dando.

El marcapáginas del silencio.

OJALÁ ALGÚN DÍA...

Ojalá algún día puedas mirar más allá de esa colina.

Ojalá algún día consigas sentir más allá de la barrera de tu piel.

Ojalá algún día alcances a ver más las similitudes que las diferencias.

Ese día aprenderás más que en todo lo que llevamos andado de nuestra efímera vida. 

El marcapáginas del silencio.

Y a mi...

     Y a mi se me encogen los tejidos, se arrugan y presionan unos contra otros. Y no sabes bien si lo hacen para protegerse frente al ataque o si ya es parte de su rutina.

El marcapáginas del silencio.

     Dime tú...

     Dime tú qué es lo que queda cuando te pisotean el alma, cuando te arrollan el sentimiento como si de algo banal se tratara. Dime tú que sientes cuando ya no queda nada que sentir, cuando tu morada está vacía y no escuchas ni de lejos el latir. Dime tú el por qué de tanto daño sin sentido, el por qué del dolor; si está vacío y quemó, si está oscuro y brilló. Te lo diré yo que sí vivo, que sí siento y que a pesar del lodo voy subiendo cada escalón.

El marcapáginas del silencio.

Arrástrame a tu sueño...

Arrástrame a tu sueño, al susurro calmado de tu aliento, deja que me envuelva entre las sábanas y me duerma hipnotizada por la curva de tu boca...Aquí, soñando el balanceo por tus pestañas, sintiendo tu cuerpo como almohada, por fin puedo descansar en paz.

El marcapáginas del silencio.

VIVIMOS EN UNA ÉPOCA...

Vivimos en una época en la que no existen ni los permisos, ni los avisos; en un momento en el que han desaparecido el perdón, la conciencia y el "por favor"; y en un mundo en el que ya no se siente respeto por nada...Y así nos va.



El marcapáginas del silencio.

TODOS SOMOS ACTORES DE...

Todos somos actores de un gran teatro y hoy se ha cambiado la obra. Han roto nuestro guión y has esparcido los pedazos sobre el centenar de butacas rojas vacías...Te acercas cuidadosamente por una de las hileras como si acaso a alguien le fuera a molestar tu paso. Pones una mano sobre el terciopelo cubierto de polvo y papeles, y piensas que quizás esos asientos tan sólo echan de menos el calor de los aplausos.

El marcapáginas del silencio.

EL MARCAPÁGINAS DEL SILENCIO

¿De dónde se han sacado esto?

Pues hasta hace 5 minutos yo también me hacía la misma pregunta, así que mejor empiezo:

"Hoy a día 2 de abril de 2013 os doy la bienvenida a este blog, el cual al final me he decidido a escribir tras mucho meditarlo. Tan sólo quiero decir que en él plasmaré todas las frases, párrafos e historias que he ido escribiendo a lo largo de los años y que aún escribo. Así pues, todo lo que aquí quede reflejado tendrá como única culpable a mi imaginación." Gracias.

El marcapáginas del silencio.