Porque no sólo me diste a luz un día sino que diste luz a
todos mis días. Porque llevo pedazos de tu piel por cada segundo que te la
dejaste por mí. Que si hoy respiro y me levanto es por cada vez que consolaste
mi llanto y me abrazaste tras cada caída. Tus manos siempre fueron refugio y tu
voz arrullo. Y es por eso que me llena de orgullo tenerte al lado y saberme
tuyo, que seas mi madre.
Porque no hay nada
más hermoso que la mirada y la sonrisa de una madre cuando es para sus hijos.
GRACIAS POR TANTO MAMÁ.
El marcapáginas del silencio.
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