UN LUGAR EN EL RECUERDO
La pequeña corretea por el campo con los brazos extendidos,
la cabeza ligeramente echada hacia atrás disfrutando de la luz del día,
sintiendo como el sol se va posando sobre sus delgados brazos y la hierba alta
le hace cosquillas en la piel. No le importa nada, es feliz perdida en ese
pequeño paraíso de matojos secos y dorados por el calor del verano. La hierba
es incluso más alta que su frente pero con sus pequeños piececitos va dibujando
un curioso trazo a su paso por ella. De repente se para en medio del campo,
cierra los ojos respira y eleva un poco los brazos. Inspira libertad y paz, allí
está completa. Entonces, una mariposa blanca, de esas que dicen que dan suerte,
se posa sobre su cabeza y cuando ella abre
los ojos solo alcanza a verla volar por el cielo despejado. La pequeña sonríe y
yo también, satisfecha de haber reservado
en el recuerdo un lugar tan maravilloso para
resguardar la niña que llevo dentro.
El marcapáginas del silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario