CALLEJEAMOS POR LOS RECOVECOS
Callejeamos por los recovecos del atardecer. Escondiéndonos en las sombras y volviéndonos a mostrar cuando aparece el miedo. Estamos cómodos en los haces rosados del crepúsculo, nos invade una tierna somnolencia pero debemos movernos para estar vivos; por eso existen las sombras.
El marcapáginas del silencio.
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