sábado, 31 de agosto de 2013

Y ¿A DÓNDE TE DIRIGES?

-Y ¿a dónde te diriges?

-Hacia el norte, a un pueblo pequeño llamado Strevan.

-Sabes ya que el viejo puente de madera quedó calcinado por las llamas hace tres semanas ¿no?

-Sí, llegó a mis oídos hace unos días. No importa, cogeré la ruta alternativa.

-¿La del gigante? ¿¡Estás loca?!

-No entiendo por qué habría de estarlo.

-¿Es que no lo ves? Eres un espíritu de agua.

-¿Cómo?

-No puedes ponerte frente al gigante de ojos de piedra con esa sonrisa de lluvia y una mirada en cascada. Porque sus pupilas son de roca maciza y tus ojos un torrente de emociones que él podría reducir a ceniza.

-¿Sugiere entonces que para enfrentarte a él también tienes que ser de piedra?

-Tampoco he dicho eso, pero debes prepararte antes, disciplinarte si lo quieres llamar así. Porque pasar por ese camino ahora es una auténtica locura.

-Y ¿cómo quiere pues que llegue sin el puente?

-A dos millas tendrás que pasar por Tuétano, para allí a descansar y contrasta lo que te he dicho. Te aseguro que te interesa más salvaguardar tu vida que cualquier cosa que tengas que ver en Strevan.


El marcapáginas del silencio.

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