jueves, 20 de noviembre de 2014

DESGASTÁNDONOS

Las discusiones, los gritos y los rencores se untaban en el pan cada mañana. Y se nos quedaban pegados a la muela durante el resto del día. Desgastándonos.

Escupiendo saliva en cada reproche, en lugar de entremezclar la tuya con la mía. Qué difícil se había vuelto ceder y qué olvidado andaba ya el comprender.

Míranos, no nos queda nada. ¿Por qué seguir interpretando en esta trama? Si se descabala cada guión, si hace tiempo que se acabó la función. Porque en esta sala ya no estamos, ni tú ni yo.

El marcapáginas del silencio.

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