viernes, 8 de mayo de 2015

QUE NO DEJEN DE VOLAR

Quiéreme todos los lunes,
quiéreme que hoy no hay más.

Quiéreme tumbada al sol,
la piel de otro color,
me voy durmiendo y vas.

Trazando sombras en la hierba,
escondiéndote detrás.
De su susurro al despertar.

Mirándome de cerca callas,
escuchas más de lo normal,
y yo ya no podré parar.

No podré parar.

Llena el vaso de ginebra,
baja la escalera,
no sé si vendrás.

Dime la verdad, no importa.
Lo que esconda. No importa lo de detrás.
Dímela y yo ya no podré parar.

No podré parar.

Se me escapan las sonrisas 
por la ventana y van
a perseguir tu humanidad.

Vuelan por este momento,
recorren cuerpos,
huelen a libertad.

Y ya no podrán parar.

Quiéreme todas las tardes,
quiéreme que aún hay más.


El marcapáginas del silencio.

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