jueves, 3 de octubre de 2013

INSEGURIDAD

A veces, cuando comienzas "algo" de lo que tú estás seguro que será algo grande y, de hecho, te parece increíble que tú solo en tan poco tiempo hayas sido capaz de dar el paso hacia ese "algo", te come. Sí, exacto, su grandiosidad te engulle, y toda la felicidad y la euforia que tu esperabas experimentar en ese momento de la primera victoria quedan reducidas a un montón de inseguridad que no viene sola, no no, viene multiplicada por mil por lo menos. Inseguridad, miedo al fracaso, decepción, arrepentimiento, falta de voluntad, desconfianza y muchas más palabras feas que no hacen nada sino mermar tu ánimo y nublarte tu objetivo. Tu objetivo, ese que tu tenías bien claro escrito en la frente cuando buscabas llegar al gran paso ¿qué pasa? ¿es que ya te has olvidado de él? No, no te has olvidado, y es que con todo lo que has luchado para abrir la verja y por fin empezar a subir el primer escalón es imposible que el objetivo haya sucumbido a los efectos de la llamada "memoria pez". Así que no nos equivoquemos, porque el tapar la luna con un dedo no quiere decir que ésta no siga ahí. Por ello, ante estas situaciones, desempolva tu objetivo, lávate bien los ojos que lo vuelvas a ver claro, coge la confianza de tí, que si no hay la sacarás. Porque si has llegado hasta ahí, ahora ya no vas a permitirte fastidiarla y vas a subir los escalones si hace falta de dos en dos. Arriesga, quítate los miedos, que si te caes sigues teniendo tus propias manos para levantarte del suelo.


El marcapáginas del silencio.

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