domingo, 20 de octubre de 2013

TERCIOPELO ROJO


                                                    

Lo nuestro nunca fueron los atardeceres, los paseos cogidos de la mano, las confesiones mirándonos a los ojos...No. De hecho, al escribir todo esto, sólo puedo verlo como parte del decorado de una película y jamás como una realidad. Dicen que existe; mis amigas me han contado hasta su propia versión. Y no es que las tome por mentirosas, no es que no quiera creerlas, es que simplemente sé que esa idea de perfección no tiene cabida en el día a día. No os engañéis, no dejéis que os vendan el cuento forrado de terciopelo rojo porque cuando lo abráis veréis unas hojas raídas en blanco...Pensadlo, si se hubieran comido todas las perdices que dicen en los finales felices de los cuentos, ya estarían en extinción.

El marcapáginas del silencio.

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