domingo, 27 de octubre de 2013

QUIZÁS, ALGÚN DÍA...


Muchas veces he oído decir “¡Oh, qué bien escribes!”. Pero no, se equivocan, puesto que no se trata de escribir bien o mal, sino que todos decidimos qué parte de nosotros mismos dejamos ver a los demás. Hay gente que deja ver bastante de sí; mientras que otros incluso no dejan ver nada de su verdadera naturaleza, son como muros infranqueables que defienden y esconden simultáneamente sus propias ideas y sentimientos. Por ello, escribiendo tan sólo pretendo explicar lo que siento, mostrarlo a los demás como si fuera un dibujo que una niña de cinco años enseña a sus padres ilusionada; y para ello me he de valer de la capacidad de la transparencia, al menos de toda la transparencia que  permita el grosor de mi piel. Y… ¿sabes? será por eso que cada poro de mi piel coincide en lo mismo. Quizás, algún día, notes al tocarme la fuerza con la que me dicen que  TE AMO.



El marcapáginas del silencio.

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