Mi
subconsciente no hace más que darle la vuelta a las cosas, malinterpretando
gestos, manipulando recuerdos. Me traiciona noche a noche, sueño a sueño.
Sueños que tienen la vida media de una pestaña en la almohada. Y cuando te
levantas será mejor pensar en el dolor por los tacones de la noche anterior que
en el calor. Ese que dejó al posar unos instantes su mano en mi cintura, su
brazo en mi hombro, su beso leve de adiós.
El marcapáginas del silencio.
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