domingo, 3 de noviembre de 2013

EL VERDADERO IN(V/F)IERNO ESTÁ EN LA CALLE


Escalofríos sordos en una nublada mañana de noviembre,
las uñas purpúreas, la piel helada siempre.
El cuerpo va empequeñeciendo,
valiéndose de su escaso grosor
a ver si así consiguiera al menos
huir del frío exterior.
Las manos metidas en los bolsillos,
las rodillas junto al mentón,
confiando en poder mantener
 unos minutos más el calor.

Escalofríos sordos en una nublada mañana de noviembre,
las mejillas rojas, la nariz helada siempre.
La circulación va empequeñeciendo,
llegando a un punto de congelación,
en el que pies y manos,
 quedan igual de sensibles
que el trozo de cartón.
 Él se queda muy quieto,
no llama la atención,
a pesar del número de personas
que pasarán alrededor.

Escalofríos sordos en una nublada mañana de noviembre,
en esa esquina de la calle que no llegó a diciembre.
Ahí dejaron morir un cuerpo frío
aún con el corazón caliente.
Las mantas de nada sirvieron,
el recoveco en el muro no resguardó,
más miedo había en su sangre,
que el que en la gente generó.

Escalofríos sordos en una mañana nublada de noviembre,
que poco a poco fueron cesando
 hasta llegar a la muerte.
Escalofríos que ya no están,
pero quedarán por siempre en el ambiente
¿Qué manera de abandonar la vida es esta
 que no resuena en ninguna mente?



"OJALÁ EL SER HUMANO FUESE CAPAZ DE GENERAR SENTIMIENTOS MÁS ÚTILES QUE LA LÁSTIMA PARA AYUDAR A ESTAS PERSONAS A SALIR DE SU SITUACIÓN"

El marcapáginas del silencio. 



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