Saber que estás tan cerca sólo me
inquieta más el pecho. Paseo mis ojos por los miles de rostros que pueblan el
lugar buscando encontrarme con el culpable de lo que me he hecho. Quiero
toparme de frente con tu imagen por casualidad y sentir a la vez la necesidad
de salir corriendo a por un desfibrilador.
Repasar esa sonrisa que no para de hacerme cosquillas por el cuerpo
hasta que llega a ser casi insoportable. Que me sienta con la suerte de poder
verte así, de poder verte quizás. Pero siempre que te busque o que te encuentre, qué más da, prefiero hacerlo desde la distancia para protegerme de tu
sol. Que mi tez siempre fue muy blanca y si me miras de forma directa va a quemar. Prefiero no
pensar que voy a hacer si me tocas.
El marcapáginas del silencio.
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