martes, 4 de febrero de 2014

ÁNGULOS AGUDOS

 

Las manos cianóticas, unas ojeras como columpios y esa expresión de indefensión en la cara.

La extrema delgadez la delata, sus ángulos hace tiempo que se volvieron agudos, y en su pelo antes brillante, sólo aparecen nudos. Aunque no más grandes que los de su estómago, esa pequeña gaita que parece golpear las paredes de su vientre pero aún así nadie la escucha.  

La veo avanzar como quien mira flotar una pluma y verdaderamente tengo miedo, un sudor frío se apodera de mis manos cada vez que se mete en el baño; por si se quiere destrozar aún más o por si se disuelve en la ducha.

NOTA: "Las curvas de tu cuerpo no fueron hechas para ser medidas por los ojos de una sociedad ciega de valores  sino que se hicieron para ser recorridas y sentidas por las manos. Ellas fueron moldeadas con el único propósito de ser amadas desde el primer momento en que se fraguaba su idea en el útero de tu madre, fuere cual fuere su forma. Y reitero: "para ser amadas"; primero por ti misma y luego por los demás".


El marcapáginas del silencio.


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