lunes, 10 de febrero de 2014

OSCURIDAD

     


     Ahora vuelvo a mi cama y me siento casi como una extraña. Y de bruma me abruma la noche. De pensamientos oscuros y falsos. Pienso entonces encender una vela y, rápido rectifico ¿para qué? La oscuridad seguiría detrás de mis ojos, detrás de la ventana en la noche, y detrás de esta fría manta.

     Ahora vuelvo a mi cama y me siento casi como una extraña. Y la luna casi asomada a la ventana la persiana me araña. Pero yo no le hago caso, la ignoro, subestimo su luz y me giro del todo.

    ¿Cuán atractiva es esa oscuridad? Pero no, no es tentación, no es dejarse llevar. Es enfrentamiento. Porque ni todas las sombras son tan negras, ni todos los claros están llenos de sol. A veces hay que adentrarse en la oscuridad para que no te ciegue.

El marcapáginas del silencio.

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