Que no, no voy a entrar al trapo. No pienso jugar a un juego en el que estamos en desigualdad de condiciones. Ya no. Que me da igual si estas 4 paredes desgastan mis emociones o me las rompen. Pero son lo mejor, para otros
dejo las demás opciones. Si en el país no la imparten, mi justicia me la busco yo.
Que siempre preferí que me desnuden el cuerpo al alma porque con lo segundo siempre quedas más indefensa. Así que podrías llamarlo con razón “tirar la
toalla” ¿y qué? No es este el tipo de lucha al que yo vine a participar. No es
una ofensa para nadie, así que vete y calla. Demasiada labia para tan poca madurez nunca compensa. A mí ciertas palabras me rasparían la garganta y otros mira, ni las piensan.
Por eso me niego, me niego al juego y también a mí misma la posibilidad de jugar.
¡Cuánto negativismo desde el principio del escrito! Lo sé, pero un NO a tiempo siempre puede ser una victoria.
El marcapáginas del silencio.
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